martes, 20 de agosto de 2013

Contención


Y remitiéndome a la RAE de nuevo, veo que define contención como la acción o efecto de contener. Cojonudo, vayamos a ver que nos dice de contener. En su tercera definición, reprimir o moderar una pasión. Vale.

En este contexto de la palabra contención y no en otro me gustaría recrearme un rato, aquí en mi agujero particular. Por motivos que no vienen al caso, di con una persona -que ya no está aquí- hará un año y algo atrás que me habló, entre otras cosas, de la contención y de como había desarrollado esta capacidad para hacerse la vida un poco más agradable, dado su estado de salud, y porque esta persona me dijo que había comprobado que el no tirar de esta capacidad al final le traía problemas en su vida. Le agradezco mucho vía ouija que me introdujera este término en el cual no había reparado mucho anteriormente, aun cuando toda mi vida he sido una persona con una gran capacidad de contención. Desde entonces esta es otra de las cosas que me produce interés e inquietud.

En mi opinión creo que está claro que cada cual puede -y debe, siempre que pueda- ser como es, tratando de pulir esas cosas de sí mismo que le hacen la vida desagradable o con cierto disconfort, sobre todo si le causan sufrimiento. Aunque ya se sabe que en la edad adulta de un árbol las ramas están mucho más duras que cuando es un plantita y se pueden poner palitos y demás historias para con facilidad orientar esas ramitas tan blanditas hacia donde uno quiera, bueno o malo.

Que los demás le digan a una persona que cambie esto o aquello porque consideran que no es de su agrado me parece una mezquindad por parte de quien lo solicita, y de ser un tremendo gilipollas por parte de quien acepta la orden o sugerencia y se pone a ello. Ojo, no hablo de alguien que se dedica a hacer daño intencionadamente a los demás.

Todo el mundo tenemos aspectos que son agradables y otros que no lo son tanto. Al fin y al cabo creo que somos una balanza con un poco -o un mucho- de contenido en sus dos platillos de pesada. Incluso, dependiendo de la situación o de quien tengamos enfrente, nuestra balanza puede tirar más a un lado que a otro y viceversa, aunque digan que siempre haya una posición predominante de los platillos, esa que ha ido creciendo o menguando en el peso de cada lado desde que nacemos hasta que ha quedado más o menos en una posición digamos que estándar, de referencia, con pequeñas y/o breves oscilaciones. Las ramas del árbol adulto, la personalidad, el como se es.

Como no soy psicólogo ni pretendo serlo, me voy a ir a lo de la contención, no vaya a ser que me desvíe de lo que me quiero recordar a través de este espacio y acabe hablando de la de gente que se cree mejor persona y con capacidad de decirle a los demás lo que tienen que hacer por leer libros de Jorge Bucay o Daniel Goleman, y en realidad están ultra tronados o son unos mezquinos hijos de puta. Estos libritos, como la PNL y demás parafernalia son en mi opinión como un cuchillo: dependiendo de quien lo use, pueden ser muy útiles para sufrir menos, comprender algunas cosas, hacer la comunicación más efectiva, evitar conflictos, intentar crecer o mejorar como persona... o por el contrario, para autojustificarse y fomentar la autoinculpación de los demás, manipular al personal, engañar con más arte, conseguir lo que uno quiere, aunque no sea justo, etc. Conozco un indivíduo que de libros de cabecera ha tenido al mismo tiempo uno del Goleman y El Príncipe de Maquiavelo. Lo peor de todo no es eso, ni que sea tan peligroso tenerle cerca, lo chungo es que este tío no se lee los libros, este tío se los empolla y luego experimenta con su entorno teatralizando lo que se ha empollado, como el que se chapa los ríos y montañas de España. Escalofriante, ¿eh? Un día que no me de pereza haré una bonita poesía -yo que no tengo prosa, ni estilo, ni formación para ello- acerca de un arbolito torcido que pertenece al grupo B de los TP en el DSM. Así me echo unas risas, por no llorar.

Perdón, la contención. A lo largo de mi vida he comprobado que es una capacidad muy útil, que usada inteligentemente hace que determinadas situaciones no sean tan desagradables, y ya de paso, que no seamos como animalillos (esto con la formación se consigue eficientemente, no hace falta contener). Pero esto de la contención me plantea algunas dudas. Dudas porque me vino a la cabeza otro término: Represión. Pues a la RAE que me he ido otra vez y, después de irme a reprimir, tal y como me sugiere la primera definición, me encuentro con: Contener, refrenar, templar o moderar. Efectivamente, contener y reprimir son sinónimos.

Voy a ir a mi vida intentando mirar todo lo desde fuera que pueda y tratando de ser lo más objetivo posible. Desde pequeño me inculcaron esta contención y, ahora que lo pienso, me entró muy bien con la ayuda del miedo inculcado y un mal referente que no creo fuera mala persona, pero que estaba bastante más tronada de lo que parecía. Tampoco ayudó que otra persona me inculcara que tragar por sistema era lo correcto, no se fueran a enfadar. En todo caso no tengo nada que echar en cara, solo mi eterno agradecimiento, respeto y amor por todo lo bueno que me dieron sin esperar nada a cambio, solo porque me amaban. En el fondo, sin tratar de insultarme ni agredirme, pero siendo honesto conmigo mismo, he de reconocer que he sido siempre lo que viene siendo un cobarde, un cagao. Sí, el miedo ha ido gobernando mi vida poco a poco hasta que me han ocurrido unas cuantas cosas. Es curioso, porque todas esas cosas creo que han sido y son muy duras, pero pienso que me han ayudado y mucho a desalojar algo de mierda de uno de los platillos de mi balanza. Va a ser que al final todo ocurre por algún motivo o para enseñarnos algo, aun las cosas más feas. Y que las ramas del árbol adulro también pueden cambiar de posición.

El caso es que el haber sido tan miedoso, sin ser de esas personas que se quedan en un rincón mirando al suelo mientras le tiemblan las canillas, me ha impedido reaccionar adecuadamente en muchos aspectos improtantes de mi vida. Este exceso de contención, de represión, creo que me ha llevado a perderme muchas cosas buenas de la vida -que las hay y muchas-, quizás haber tenido otra trayectoria vital más satisfactoria y probablemente tener menos probabilidades de que me de un cebollazo de las que ahora seguramente tengo. También me ha hecho sufrir cuando no estoy obligado a hacerlo y a creer que no merezco lo bueno y sí lo malo por una regla que no he visto escrita nunca en ningún lado. Al final, he conseguido reducir toda la sarta de excusas que me he puesto delante durante mi vida a una sola palabra: Miedo. Por lo menos he ganado espacio, porque todas las excusas con las que lo he llegado a disfrazar ocupan un huevo. Y pesan un huevo también. Eso sí, cuando no te manipulan para que hagas lo que quieren que hagas -tratando de que te autoinculpes si no pasas por el arete-, suelen decir que eres un buen chico. Un epitafio cojonudo: Fulanito de tal, mil novecientos tal-dos mil pascual. Un buen chaval.

No me explayo al detalle con todo lo que me ha supuesto el tener toda esa contención por miedo porque sinceramente creo que sería un coñazo hacerlo. Sí que me voy a recordar que, actualmente mi situación personal es bastante jodida y me he tenido que enfrentar a muchas pérdidas, pero, aunque el miedo sigue estando por aquí, ya no campa a sus anchas ni gobierna a tiempo total, pues no se lo permito. Es más, algunas de estas pérdidas se han convertido en ganancias. Por no decir que es una gozada emplear la contención solo cuando es estrictamente necesario y que cuando queda muy poco que perder porque no se tiene casi nada se ven las cosas desde otra perspectiva y desde luego con menos peso en la espalda. Parece el consuelo del tonto, pero, a la vez que no tengo casi nada, me tengo más a mí mismo, con mis cosas malas y mis cosas buenas, con mi balanza personal, sabiéndome honesto conmigo mismo. Más libre, diría. Y sin hacer daño a los demás, sin permitir tampoco que me dañen alegremente, durmiendo del tirón. Y como mi vida es mía, con la tranquilidad de dentro de mis posibilidades hacérmela lo más fácil posible. Y con la convicción de que si considero que en algún momento deja de ser digna en un límite que considerase intolerable -y eso que tengo una buena tolerancia-, poder bajarme del bus de la manera más pacífica posible. Aunque las cosas también pueden ir a mejor, ¿no? Todos los días me muevo tratando de que las cosas vayan en esa dirección.

Tanta letra para decir que considero que la represión está abonada por el miedo y que, aun siendo un sentimiento muy humano -creo que quien no tiene miedo de nada está más cerca de ser un ladrillo que de ser un ser humano- y que nos ayuda en algunas ocasiones, en otras muchas por su exceso y nuestra incapacidad de manejarlo puede ser un factor importante para partir en tres una vida. Una perogrullada, pero así me la recuerdo y paso el rato, hasta ahora que me voy a paseo.

Qué rollos me cuento a mi mismo. Una canción que nada tiene que ver con esto, y así me refresco, que me gusta como suena. Los Tame Impala.




.

domingo, 18 de agosto de 2013

Dignidad


Una de las definiciones con las que la RAE define algo digno reza algo así como ¨de calidad aceptable¨. No es difícil ver y/o experimentar a diario la poca dignidad con la que mucha gente vive o con la que se comporta (o nosotros mismos). Normalmente, embebidos en nuestra propia vida o en nuestro propio ombligo, otras veces entrampados en la poca dignidad de nuestras vidas, no solemos ver la poca dignidad que nos sacude a diario, ni mucho menos empatizar con quien así vive.

Sin embargo es muy fácil que se nos caiga una lagrimilla viendo en la tele algún programa en el que un portero de fútbol y la tia buena que se está follando van a Guinea Bissau -por ejemplo- a echar unos pases con la pelota, a darles unas camisetas y un vaso de leche con chocolate a los chavales, y a decir ante la cámara ¨lo enriquecedora que ha sido la experiencia de dos días y cuanto les ha hecho crecer como personas¨. Una de las técnicas de marketing que emplean las televisiones desde hace un porrón de años es esa: emocionar al televidente, y lo hacen de mil maneras algunas de dudosa dignidad. Esta, en mi opinión, es una de ellas. Luego, una vez apagamos la caja de los truenos, volvemos a nuestras vidas, a nuestras miserias, a nuestro ombligo, a nuestras necesidades... y todo queda en ese limbo entre el recuerdo y el olvido donde pocos hacen algo. Sería injusto por mi parte no reconocer, porque lo he visto, la labor de mucha gente y el tiempo que dedican para que los demás tengan un poco más de dignidad en sus vidas. Cada uno lo hace por muy diversos motivos: Desde una profunda fe religiosa o en las personas, pasando por ideales profundos, alto grado de empatía, haber pasado por lo mismo y saber lo que vale un peine, hasta para poder dormir por las noches, como imagino le pasaría a esta señora multimillonaria que ha palmado recientemente (D.E.P), socia fundadora de una empresa textil española que subcontrata el trabajo en paises tercermundistas donde las condiciones de los trabajadores no podrían ser calificadas como dignas por la RAE precisamente, pero que hacen que los costes de producción sean muy económicos -a pedo de puta- y que los beneficios sean más abundantes, que nadie se hace rico a base de darle a la aguja en un taller de mierda en Bangladesh, por ejemplo. Dentro de varias fundaciones y demás asociaciones sin ánimo de lucro me he tropezado con gente parecida a esta señora. Ni que decir tiene que no ha sido la regla general, pues, como decía antes, hay de todo. Y que oye, en confianza, que lo mismo yo puedo ser peor que ellos, a ver si parece que estoy subido en un cajón de fruta como estrado juzgando al personal.

El caso es que escribiendo acerca de la dignidad y de la muerte gracias al fallecimiento de la señora esa, me veo en la necesidad de vomitar algo que me viene molestando en el estómago desde hace tiempo. Qué mejor sitio que éste -que no lo va a leer ni dios-, donde pueda acudir desde casi cualquier sitio si vuelvo a sentir molestias estomacales debidas a este asunto o dudo o se me olvida algo.

Primero me gustaría referirme a quella frase de ¨la vida pone a todo el mundo en su sitio¨, que es la versión 2.0 de aquel ¨ya le castigará Dios¨. Los cojones. A ambas frases, consuelos de casi todos por otro lado. Quizás ¨la vida¨ acierte y ponga a algunas personas en su sitio, pero mucho me temo que el porcentaje de fallos gana por goleada a los aciertos. De momento, porque la vida no suele ser justa como no lo son los fundamentos de base que nos introducen con embudo desde que somos unos críos y que rigen nuestras vidas. Pero bueno, no es por ahí por donde quiero tirar ahora. A lo que me refiero es a que, en mi opinión, la vida no es justa y no porque a mi me vaya de culo, que a mí la vida me ha puesto en mi sitio, jeje. Pero hay una cosa -de las pocas- que tengo clara: La vida, dios, el universo o lo que sea, al final nos iguala a todos con el mismo rasero: La muerte. De las pocas cosas que puedo tener claras. Aquí no vamos a quedar ni uno; vendrán otros o no, pero todos vamos a estirar la pata en un momento dado. Lo que haya después de diñarla no lo sé.

Es decir, que me queda claro que la vida (o lo que sea) no es tan hija de puta como a priori pueda parecer, pues al final pone a todos por igual. Que se lo digan a la señora esta de la que hablaba antes: tanta pasta: estás veraneando en tu casa de lujo, con la conciencia acallada porque tú ayudas mucho a los niños mientras explotas indirectamente a otros y ¡ZAS! Cebollazo en forma de ictus y al agujero como aquel niño hindú que tuvo una enfermedad renal y precisaba un transplante de riñón pero su madre no se lo pudo donar porque años antes vendió el que le sobraba por 700 € al cambio al hijo de un yankee con pasta para poder darle algo a su hijo que no fueran piedras para engordar.

Teniendo así de claro que la vida nos iguala a todos mediante la muerte y también que lo deseable para todo el mundo es vivir una vida digna, aun en situaciones personales, familiares, económicas, de salud, etc. que no sean lo que se diría excelentes y que hay que tener siempre toda la dignidad posible y buscar la dignidad en lo que hacemos, me surge una pregunta, ¿la dignidad está unida solo a la vida o también puede estarlo a la muerte? ¿Se puede morir digna o indignamente? ¿O quizás se puede morir de una u otra manera en función de la dignidad con la que somos tratados al final de nuestra vida?

No me refiero a la muerte del que le pega un zapatillazo en forma de ictus o infarto agudo de miocardio y adiós, ni al accidente con muerte en el acto, ni una maceta que se le cae en la cabeza a alguien y le deja seco (siempre se pone esto último como ejemplo de lo que le puede pasar a uno si sale a la calle y no he conocido en mi vida ningún caso) o cualquier otra causa que no de tiempo a reaccionar. Me refiero a esas enfermedades que, o bien por su propia esencia, o bien por un curso desfavorable de la misma, garantizan que la persona va a morir en x tiempo, en un proceso que a buen seguro va a ser muy desagradable, muy duro y que puede minar su dignidad como quiera que la entienda la persona y su límite de tolerancia al sufrimiento. También accidentes u otras causas que dejan a una persona en un estado muy similar al de una pieza de mobiliario de la habitación donde se encuentran (física y/o cognitivamente), sin posibilidad de reversibilidad.

Actualmente en España disponemos de una ley llamada ley de autonomía del paciente, un tocho que entre otras cosas dice que el paciente tiene derecho a disponer de toda la información relativa a su enfermedad y pronóstico, además de poder rechazar el tratamiento si así lo considera, teniendo el facultativo que proporcionar una alternativa a ese tratamiento, entre otras muchas cosas. Es decir, aquí ya no existe -en teoría- aquello del ¨me lo ha mandao el médico¨. No, aquí el médico ya no manda en teoría; el médico propone y hace partícipe de las decisiones al propio paciente, siempre que este no se encuentre con sus facultades mentales alteradas.

Esta es la teoría. En lo que respecta a la práctica y hasta donde yo he visto no siempre se cumple esto, sobre todo si hablamos de una enfermedad de pronóstico fatal, degenerativa, o cualquier otra que saben que en x tiempo va a terminar con la vida del paciente. Aun hay mucha gente que le cuesta hablar de la muerte, imagino que es algo cultural. De hecho, muchas veces los familiares y/o seres queridos del paciente hacemos eso que bien han denominado ¨pacto de silencio¨, aun cuando lo evidente y la intuición del paciente hacen que no haga falta mucho que decir. Una de las premisas para poder hacer una elección creo que es tener toda la información posible, y otra que te planteen todas las opciones entre las que puedes elegir, no solamente una o dos. Muchas veces el paciente no quiere saber más de lo que se le dice -y respetable es- y otras quien facilita la información se queda corto -y tan corto- por muy diversos motivos. Pero el resultado es que el interesado sale de una consulta con una cuarta parte de lo que debería saber, y habiendo hecho una elección en base a ese porcentaje y entre una opción que le han dado, que es la del protocolo de los cojones, la que te ¨manda el doctor¨. Incluso en la cama de un hospital a falta de 48 horas para recibir su ración de igualdad por parte de la vida.

He visto las dos caras de la moneda. La primera, paciente con falta de información por parte de la familia y los médicos, pero que sabía que se moría, aunque no sabía que tenía un carcinoma con metástasis ósea. A causa de una oportuna infección contraída en el hospital -oportuna porque lo que le esperaba al llegar a su casa eran unos meses de puro infierno-, entra en barrena y el internista se asegura de que, con los medios de los que dispone y en base a la legalidad vigente, el paciente no sufra lo más mínimo. También limita el esfuerzo terapéutico para combatir la infección oportunista, todo a petición del paciente. Fallece a las pocas horas, tranquilo, sedado, rodeado de su familia. Es indiferente si lo que ha acabado con su vida es la infección o si han sido los fármacos empleados para paliar su sufrimiento. Estos se administraron a demanda, para frenar un sufrimiento intolerable, aun sabiendo por parte de todos que se pudiera acortar la vida en unas horas o días, y sabiendo que la muerte era inminente, con o sin fármacos. Mi opinión es que el trato que se le facilitó al esta persona al final de su vida fué digno y que murió con dignidad..

La segunda cara. Una persona con una enfermedad neurodegenerativa de pronóstico mortal -y en su caso en la forma más grave-, evolución devastadora y siempre manteniendo intacta la función cognitiva (lo que todos llamamos ¨la cabeza¨). Quien haya visto aun de refilón esta enfermedad, sabe de cual estoy hablando porque impresiona y mucho. La persona no quiere saber mucho de su enfermedad desde el diagnóstico, los médicos no dan toda la información -aun cuando saben que tienen que hacerlo, aunque sea en varias visitas a su consulta, de manera progresiva-. La familia y el entorno hace pacto de silencio. La persona sabe que la cosa está muy mal, pues es extremadamente inteligente e intuitiva, pero no tiene toda la información para poder madurar un plan a seguir ni para aceptar la enfermedad. Aun así pelea, lucha. No niega ninguna parte del tratamiento -paliativo siempre, pues no hay otro tipo de tratamiento para esta enfermedad, ni desde el comienzo de la misma-, solo la atención psicológica, desde que una indivídua de metro cincuenta, con cara de hacer caca una vez por semana aprox., claros problemas de ego y de exagerada autoimportancia y que debería estar siendo tratada convenientemente en lugar de tratar a nadie le comunica en la segunda visita cosas como ¨dejaras de respirar, pero no te preocupes, que te ponemos un tubo en la garganta¨, sabiendo que el especialista responsable de facilitar toda la información progresivamente y plantear posibilidades al paciente -no obligaciones- no lo ha hecho porque no le ha dado la gana, con esa cara de loro que tiene, la pobre, y ese Casio dorado de corte ochentero hortera que les dió por llevar a los moñas hace un tiempo.Una lástima que la especialista que interesaba en la enfermedad al fin y al cabo, la que informaba con cautela, la que no se metía en especialidades que no eran la suya, la que empleaba un tono que irradiaba seguridad, dulzura y respeto aun en la distancia de la relación médico-paciente no visitara más que un par de veces. Y qué ojos. De los de alegrar una mañana, ya sé que no es relevante en absoluto, pero es que las otras eran como loros. Qué cardos. Por lo menos compensaba.

Perdón, que me disperso. La persona ingresa en el hospital por dificultad respiratoria, a los pocos días sufre la segunda crísis de ahogamiento, en todo momento consciente. Está en estado de caquexia y en estado terminal, no puede eliminar secreciones por lo que se ahoga con ellas, produciéndo estados de fuerte agitación y sufrimiento intolerable en cada crísis. Nadie le comunica que está terminando su vida, que la muerte está próxima. Esta persona está consciente y orientada, conserva su capacidad cognitiva aun en lo avanzado de su proceso. No se puede comunicar, no puede hablar por la enfermedad. Sufre un grado de casi total dependencia.

Durante cada crísis -en 48 horas sufrió 9 o 10; la última crísis tardó en ser ¨remontada¨ más de una hora- el sufrimiento es intolerable. Las personas que se encuentran en la habitación tienen que salir y entrar, no pueden soportar lo que estan viendo, psicológica y emocionalmente es devastador. Las caras del médico de guardia que atiende las primeras crísis y alguna enfermera joven lo dicen todo. Únicamente se le administra una dósis corta de morfina (insuficiente a todas luces), una benzodiacepina que no duerme al paciente y los fármacos necesarios para que su corazón vuelva a tirar... hasta la siguiente. Llega a saturar al 30-40% en las crísis. En la primera crísis le administran haloperidol, un anticonvulsionante empleado en psiquiatría, para que no se agite. Que se agite es normal, cuando a ratos siente como si alguien estuviera apretando con sus manos su cuello tratando de estrangular.

El internista que lleva a esta persona desaparece. Aparece una señora con pinta de monja rebotada que se encarga de los cuidados paliativos. Propone una traqueostomía. Actualmente, y gracias a la tecnología, se puede mantener ¨vivo¨ a alguien, entendiendo vivo como un mueble que tiene constantes vitales gracias a Iberdrola y a la tecnología. Salvar los muebles no es lo mismo que restablecer la salud, menos aún a costa de un interminable e intolerable sufrimiento. Aparece otra internista, dice que el estado del paciente es tan malo que ningún intensivista le practicaría una traqueostomía. Otra crísis. Acuerdan tratar con otro especialista, a ver si se le puede poner otra cosita que saben que no se le puede poner, y así estiran el chicle. Tres crísis más mientras tanto. Aparece el especialista horas después, ve a la paciente en menos de un minuto, dice que no hay nada más que hacer que acompañar y que no sufra el paciente. Aparece un enfermero, coloca un nuevo goteo. Ahora va a ser contínuo. Con menos sufrimiento, pero no sin que desaparezca por completo, fallece poco más de una hora después. El gesto rígido, los ojos semiabiertos, la mandíbula desencajada intentando obtener una última bocanada de aire con los que quedó en la persona fueron los que tendría alguien a quien han asesinado estrangulándole.

Después de haber visto esto, yo no le deseo algo así a nadie. Creo que es respetable el que alguien acepte terminar así por creencias personales, tolerancia extrema al sufrimiento, o por lo que sea. Pero creo que quien no quiera pasar por ello si se ve en esta situación o alguna otra parecida o peor, debe asegurarse de que llegado el momento, se van a respetar sus deseos. Actualmente existe la posibilidad en España de hacer un ¨testamento vital¨ o documento de voluntades anticipadas que, ante un funcionario registra lo que quiere una persona llegado un determinado momento, aun estando en estado de no consciencia o con su capacidad cognitiva alterada. Este registro queda en la historia del paciente, pudiendo ser consultado por cualquier médico del sistema nacional de salud. También se puede designar a un representante que se asegure de que, en caso de objetar el médico de turno -recordar que esto no es eutanasia, ni tan siquiera muerte a petición- sea otro el que se encargue de respetar y cumplir con los deseos del paciente, siempre dentro de la legalidad.

Es un tema poco alegre sobre el que tratar, pero es algo que va unido a la vida, que creo que forma parte de ella y que nos puede pasar a cualquiera. De hecho, nos va a pasar a todos, pero no saemos cuando ni en qué condiciones ni por qué motivo. Creo que si no es por los demás o por los seres que uno ama (que ya me parece suficiente motivo), es por uno mismo por lo que se debería tener en cuenta este aspecto de la vida, porque actualmente todo depende del médico que te toque. Así de claro y así de duro. Como es algo que me genera mucha inquietud, estuve en dos ocasiones en unos coloquios de una asociación que se llama DMD que lleva años luchando para que quien lo desee pueda tener un final digno y para quien, en condiciones de irreversibilidad, de incapacidad de restablecimiento de su salud y de proceso que hace una vida indigna, pueda ¨apearse voluntariamente¨ de una manera pacífica. En los dos coloquios que estuve participaba como miembro de dicha asociación el Dr. Luis Montes, médico que sonará a mucha gente por la que le lió la consejería de sanidad hace años y por la absolución de la justicia de las graves imputaciones que le querían colocar. No hago proselitismo de esta ni de ninguna otra agrupación, de hecho no soy socio ni del videoclub, pero aseguro que si alguien no se entera con absoluta claridad de todo este tema tras hablar con este médico, no se entera en ningún otro lado. Además de parecerme un tío con una gran humanidad y empatía, opino que la manera de explicar todo lo que concierne a la salud y a la dignidad en determinadas etapas de la vida es simplemente magistral. Y olvidarse de la figura del médico estirao que parece que te hace un favor dirigiéndose a ti, ya digo que me pareció un tío muy humano. También le acompañaba otro médico, este creo que ORL, también cojonudo. Ambos, por supuesto, defensores de una sanidad pública, gratuíta y universal. No una sanidad para los de siempre y otra para el resto.

Ahora entiendo el motivo por el cual cuando alguien es muy pesado le dicen ¡Anda y hazte un blog! Si esto se lo cuento a alguien así de frente, le jodo un mes. Me voy a paseo.

Panis et Circenses, de Os Mutantes, versionada por Marisa Monte. Qué voz.

http://www.goear.com/listen/e3fc39a/panis-et-circenses-marisa-monte







viernes, 16 de agosto de 2013

Chat Terra


La soledad y el aislamiento no son buenas compañías para nadie, eso creo desde mi experiencia personal. Mantenidas con el tiempo solo pueden traer malas consecuencias, así que, como no tengo ninguna puerta abierta para conocer gente -y quien sabe si algo más, que no es bueno que el hombre esté solo- me decidí el otro día a echar un ratillo en el Chat de Terra, creo que el chat más poblado de los de habla hispana. Entré en el canal de mi ciudad y en el de mi rango de edad, seguro que ahí había gente como yo para poder conocer.

BomberoAlto38- Hola, buenas tardes, ¿qué tal?
AtractivaSelectiva- Ola bien cuanto mides?
BomberoAlto38- 1,84. ¿Cómo te llamas? Yo soy Pancracio*, encantado.
AtractivaSelectiva- A q t dedicas?
BomberoAlto38- Soy médico**. ¿Qué edad tienes?
AtractivaSelectiva- q buscas x aquí?
BomberoAlto38- Una pareja estable a quien darle todo lo que quiera y hacerla sentir como una reina, porque ella lo vale.
BomberoAlto38- ¿De donde eres?
AtractivaSelectiva- Yo no soy de rollitosssss ehhh
AtractivaSelectiva- k aki solo van a lo que vannn
BomberoAlto38- Ahá.
AtractivaSelectiva- Vives solo?
BomberoAlto38- Sí, tengo mi piso, ¿y tú?
AtractivaSelectiva- Con mis dos chicosss mis dos tesoros y mi madre.
AtractivaSelectiva- Su padre s fue kon otra el kbron
AtractivaSelectiva- La sicologa m dice q busq mi principe q yo valgo muxxxooo :-))
BomberoAlto38- ¿Qué edad tienes?
AtractivaSelectiva- 43
AtractivaSelectiva- pero stoy mu biennn ehhhh aunk lo important sta en el interiorrrr
BomberoAlto38- Claro tesoro... Trabajarás mucho, ¿no?
AtractivaSelectiva- bueno mi madre me ayuda muxo con los chicos y con la pension q stoy en paro :-(
BomberoAlto38- Oye, ¿qué buscas tú por aquí?
AtractivaSelectiva- conocer gnte y solo encuentro tios q van a lo q van cerdos


BomberoAlto38- Hola, buenas tardes, ¿qué tal?
Morenita37- Hola lo siento gracias ha tus congeneres los hombres algunas hemos decidido no hablar con vosotros xao.
BomberoAlto38- Pero eso sería prejuzgarme por ser hombre, ¿no?
Morenita37- Sera lo que quieras pero ahí te quedas xao.
AtractivaSelectiva- Stass?? Tienes Skype??
BomberoAlto38 (a Morenita37)- Pues nada, que tengas buena tarde.
Rubita_Tetas_Cam- Disfruta de camchat en vivo www.(no me acuerdo).com


BomberoAlto38- Hola, buenas tardes, ¿qué tal?
Gorditabuscomiprincipe-

BomberoAlto38- Hola, buenas tardes, ¿qué tal?
Carolina_Mad-

BomberoAlto38- Hola, buenas tardes, ¿qué tal?
ChicaSencilla-
(en esta tenía mucha fe, pero tampoco contestó, así que probé a llamar su atención)
BomberoAlto38- ¿Sencilla o simple? Que hay gente que confunde los términos, y eso está feo.
ChicaSencilla- hijoputa vete a tomar x culo payaso
BomberoAlto38- Simple entonces. Gracias y disculpa. Que tengas una buena tarde.
ChicaSencilla- subnormal bete a pajearte q es lo unico q puedes hacer payasoooooo


BomberoAlto38 (a AtractivaSelectiva)- Perdona, estaba haciendo unas recetas. No tengo Skype, a ver si me lo instalo.
AtractivaSelectiva- nos dams los tlfs y hablamos m has gustado muxoo
ChicaSencilla- hijoputaaaaaa seguro q la tienes pequeña payasssoooo


Y así transcurrí buena parte de la tarde, gracias a mi conexión a internet que me endeuda cada vez más -pues no la puedo pagar- con alguien con quien no me gustaría tener deuda ninguna. Pero esa ya es otra historia. La historia es que seguí intentando conocer más gente (mientras ChicaSencilla me dedicaba a tiempo parcial insultos tan originales como sorbelefas o muerdealmohadas (ella decía muerdealmuadas)) y di desde con una chica que se tiró casi una hora -sin dejarme casi ni escribir- contándome lo malo que era el tipo que se la crujía cuando le apetecía y la de faenas que la hacía (sí, seguía quedando con él), pasando por una señora que a buen seguro era un señor con ganas de probar cosas nuevas o algo, un grupo de tres amigas con un buen rollo increíble (de 17 años las tres, se me pasaban un poco bastante de edad) y terminando con una mujer muy maja que abandonó a su marido hace unos años por otro que la dejó en seis meses, que trabaja en una multinacional bastante potente, que tiene más de cincuenta y que me confesó que su clítoris tendía a esconderse, por lo que el interesado se tendría que aplicar en la faena y no tocarle su pecho izquierdo, pues se lo habían reconstruído después de una mastectomía por un cáncer y que, aunque no sentía nada, le daba un poco de cosa. Empezó a describirme una escena en la que ambos hacíamos el cerdo y tal, pero no conseguía aclararme teniendo una pantalla delante de mí y no una mujer. La verdad es que me puse un poco bajeras. Imagino que algún otro se pondría cachondo, eso debe ser lo que llaman cibersexo. Yo no lo acabo de ver.

Como ya se estaba yendo el sol, me fuí a dar una vuelta.

*Pancracio es un nombre simulado para la ocasión.

**Tanto Bombero como Médico son dos honradas profesiones simuladas para la ocasión. Ví con cierta sorpresa que los colectivos médicos, policiales y extingueincendios se dedican a chatear mucho en Terra. Imagino que por eso suelen tardar tanto cuando se les llama. Aquello estaba hasta arriba de ellos.




jueves, 15 de agosto de 2013

Cocina televisiva


Allá por los noventa se puso de moda el programa tipo que consistía en un cocinero que hacía sus recetas en televisión, moda que vino de la mano de Karlos Arguiñano. Es un cocinero que se metió al público en el bolsillo dada la sencillez y claridad con la que explica los quehaceres culinarios, acompañado siempre de buen sentido del humor, chistes, canciones y, en ocasiones, referencias ¨picantonas¨ dentro de lo que le permite el horario en el que se emite su programa. Este cocinero ha trabajado para casi todas las cadenas televisivas españolas e incluso se hizo las américas, trabajando en la tele argentina durante una temporada. Sin duda parece ser un hombre que ha trabajado mucho y que además cuenta con una actitud positiva y enfocada al éxito. Añadiría, puesto que he conocido y conozco gente como él que come piedras bajo un soportal, que también ha tenido algo de suerte, como quiera que se entienda.

El caso es que a mi padre le encantaba ver los programas ¨del Arguiñano¨ -tal y como lo llamaba él- e incluso los grababa en cintas VHS, hasta tener una colección kilométrica. Mi padre decía que era un buen comunicador y que ahí estaba la clave de su éxito.

Todo esto viene porque me acuerdo de karlos cada día desde hace unos cuantos meses -y de la canción de cabecera de su programa en Antena pies- debido a que me estoy aplicando sus consejos de cocinar sano, barato y rico-rico-y-con-fundamento. También me acuerdo de la chica que sale dando consejos nutricionales. No es nutricionista, la nutricionista es otra que le escribe lo que tiene que decir ante la cámara, pues es esta chica la que sale ante la cámara porque está que cruje de buena, tiene sonrisa fácil y pone morcillón -ya que estamos con el tema de cocina- al campechano de Karlos y al 99% del público másculino que se encuentra viendo el programa. La nutricionista imagino que no está buena. O es que es muy tímida, no sé.

El caso es que, como decía antes, hace meses me decidí a cocinar sano-sano, barato-barato, rico-rico (repetir cada término le da el doble de valor). Quisiera escribir aquí como me lo hago para tener éxito, después de haber visionado unos tres mil programas de Arguiñano (aprox) gracias a mi padre D.E.P. y con un presupuesto que detallo al final.

                                              -Elllll conejo de la Loleeeeeeesss!!! Jorjorjor


MENÚ SEMANAL CREATIVO, SANO, BARATO Y CON   FUNDAMENTO 


LUNES: Espaguetis del Aldi con tiras de bacon del Aldi y tomate frito Orlando.
MARTES: Arroz del Simply cocido, lata de sardinas en tomate del Aldi y tomate frito Orlando.
MIÉRCOLES: Como el lunes.
JUEVES: Como el martes
VIERNES: Como el lunes.
SÁBADO: Como el martes.
DOMINGO: Como el lunes.

DESAYUNO, MERIENDA Y CENA (DIARIO): Nada. Ocasionalmente, un vaso de leche.

Nota: El lunes siguiente hago una maniobra creativa e inteligente y hago lo que viene siendo un martes, para no repetir dos lunes. La dieta ha de ser variada.

El desglose de gastos es:

Arroz del Simply: 75 céntimos aprox.
Espaguetis Aldi: Unos 70 céntimos.
Tomate frito Orlando: 1,15 €.
Tiras de gato (bacon) del Aldi: 1.65 pack de dos X 2 packs - 3.30 €
Lata sardinas con tomate del Aldi: 55 c/u X 3 unidades - 1.65 €
Brick Leche Celta: 75 céntimos.

TOTAL -  8,30 €

Mi presupuesto es de unos 9-10 € semanales.


Las necesidades nutricionales estan cubiertas. Hidratos de carbono con los espaguetis y el arroz. Proteínas, con las sardinas, las tiras de bacon y la leche ocasional (entera, aporta grasa también). Vitaminas a mogollón y verduras, con el tomate frito Orlando. Marca de confianza, no la cambio por otra.

Cumplo las premisas de una dieta variada, rica-rica, barata-barata y, sobre todo, con fundamento. Creo que también tiene un punto creativo, las sardinas las frío un poco antesde mezclarlas con el arroz. Alguna vez me arriesgo dando un toque con un poco de pimentón dulce que había por aquí.

A finales de abril notaba que cuando salía a la calle a dar uno de mis kilométricos paseos me cansaba más de lo normal y que tenía que sentarme en cualquier sitio para pillar un poco de fuelle. También notaba pérdida de concentración y taquicardias, así que me pasé por el médico. Después de pesarme y ver que había perdido quince kilos -siendo ya de por sí de constitución delgada-, la mujer me pidió un análisis de sangre para ver que me pasaba.

Tuve que insistir en que no estaba embarazado y que posiblemente los niveles tan bajos de ácido fólico eran debidos a la primavera que ya estaba entrando, así como que mis hematíes estuvieran tendentes a la baja y de un tamaño tirando a microcíticos. Otros parámetros alterados también eran debidos a que la primavera la sangre altera. Todo el mundo lo sabe. Mi mala cara es porque soy así de feo. Creo que la doctora lo entendió, por lo que me receto uns pastillas de ácido fólico que no compré y me recomendó que comiera bien (cosa que ya hago, tal y como detallo anteriormente), por lo que no he vuelto a ir a revisión. Ahora el motivo de que ande flojeras es el calor, en invierno será el frío. Todo el mundo lo sabe.

Bueno, que me desvío del tema. Ya no veo los programas de Karlos Arguiñano, ni pesadilla en la cocina, ni master chef, ni a ese otro cocinero vasco que grita eso de A TUTTIIIIIIIII JOROVIIIIIIIII y que hace platos tan raros. No sé el motivo, pero no me resultan divertidos, ni tan siquiera la chica esa que dice consejos nuticionales que le pasa la nutricionista que no está buena. Pero, como decía antes, me acuerdo mucho de esos programas, y mientras cocino suelo tararear la canción de cabecera del programa:

Y tú, ¿quien eres?
Un boxeador
¿Y este otro?
Yo soy actor
Entre frituras
Y algún hervor
Kilos de chistes
Y mucho humor
El motorista
(aquí no entiendo qué dicen, añado de mi cosecha ¨y algún cabrón¨
Cocinaremos cada día con amor.


Un temazo.

Y otro ya que estamos de cocinillas:


miércoles, 14 de agosto de 2013

Wonderful World

Efectivamente, es un mundo maravilloso. No hay ironía en lo que escribo. Creo que lo es, solo hay que fijarse bien.

He abierto este blog porque necesito de un vaciadero donde arrojar cosas que me pesan en el corazón y en las tripas. Creo que todos necesitamos desahogarnos de vez en cuando y quitarnos lastre de encima, por lo que voy a intentar echarme unas risas -que falta me hacen- a costa de mí mismo, de mis miserias y de las de algunos seres con los que me he tropezado a lo largo de mis treinta larrrrgos. Dudo mucho que alguien se tropiece con este espacio, pero si alguien lo hace y se larga a la velocidad del rayo me parecerá de lo más plausible, creo que hay cosas mejores que hacer en internet. Cosas como ver porno en streaming, por ejemplo.

Quizás los motivos de abrir esto hagan que no tenga mucho sentido -tampoco orden ni concierto- lo que vaya escribiendo. Si alguien se viera reflejado en algo, le pido disculpas por adelantado si se ofende o tiene cualquier otro sentir desagradable por mi responsabilidad, que no culpa, pues no hay intención de dañar.

Como escribía anteriormente, creo que la vida es maravillosa. Que yo ande buscando pentobarbital sódico en cantidad suficiente para -c.s.p.- echar un sueñecito hasta que me rustan en una incineradora municipal y luego echen las cenizas por el retrete más próximo porque no tengo valor para utilizar otro medio (o no la suficiente presión), no quiere decir que opine que la vida es una mierda. Solo es que hay algunas personas que no estamos hechas para ella, como ese pie que no encuentra su sitio en aquel zapato tan bonito y no hace más que sufrir con él puesto. Y con toda la tranquilidad del mundo lo digo. Será su manera de andar, la forma de sus dedos, la fragilidad de su talón, a saber. Pero tengo que reconocer que ese zapato me parece cojonudo. Así lo creo.

Veo desde hace muchos años por mi barrio -y otros que no están cerca de él- a un tipo de unos cincuenta años que siempre va solo, algo desaliñado, con una americana desgastada incluso en verano, y andando con la prisa de quien intenta hacerse creer que va a algún lado porque ha quedado pero que sabe que en realidad nadie le espera en ningún lado. No pide, no es un mendigo, tampoco va tajado. Solo anda y anda solo, metido en sus pensamientos. Diría que pasa muy desapercibido, más todavía en una ciudad grande. Tampoco parece esperar que nadie caiga en cuenta de su presencia. Yo sí que caigo en cuenta de su presencia, suelo ser bastante observador. Él se dedica a andar, que no a pasear. Es curioso que hace un par de días me lo volví a encontrar lejos de la zona donde lo veo en ocasiones; me dije a mi mismo que debe ser complicado tener una vida así. Luego pensé que estaba prejuzgando la felicidad o la vida de una persona por lo que veía, algo que solemos hacer los gilipuertas como yo en ocasiones. Después caí en la cuenta de que, siendo tan grande como es esta ciudad, a este señor me lo encontraba con cierta asiduidad y en lugares de los más dispares, con lo que lo mismo era una señal o algo. Por último, me di cuenta de que yo llevo haciendo lo mismo los últimos nueve meses de mi vida y que no tengo cincuenta años, pero los cuarenta no me quedan lejos.


Rock tuareg: